Objetivo: envejecimiento cognitivo saludable.

El envejecimiento es una etapa más de la vida y se caracteriza por ser un proceso en el que tienen lugar una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales. No obstante, esta etapa no se produce en todas las personas de igual manera. Solemos considerar que el envejecimiento da lugar a la pérdida o déficit de capacidades, pero no somos conocedores que en este periodo de la vida también hay funciones que se mantienen e, incluso, otras que mejoran.

 

Por todo ello, es importante saber diferenciar entre tres tipos de envejecimiento: envejecimiento normal, patológico y óptimo o saludable.

 

  • Envejecimiento normal. Es el que se da con el transcurso de los años y dependiendo de la persona. Da lugar a cambios fisiológicos y psicológicos en las personas: pérdida de auditiva, aparición de arrugas, pérdida de visión, etc.

 

  • Envejecimiento patológico. Este tipo de envejecimiento tiene lugar a causa de padecer ciertas enfermedades como pueden ser la diabetes, Parkinson o Alzheimer, o por hábitos de vida no saludables como el consumo de alcohol, la falta de actividad física o una alimentación rica en azúcares, procesados o grasas trans.

 

 

  • Envejecimiento saludable u óptimo. Es aquel que se da en las mejores condiciones posibles físicas y psicológicas. Las personas que envejecen de manera óptima apenas pierden capacidades y tienen un menor número de probabilidades de desarrollar patologías.

 

Nuestro objetivo será conseguir tener un envejecimiento saludable. Para conseguir tener este envejecimiento y cuidar nuestra salud física y mental, tendremos que llevar a cabo una serie de hábitos saludables en nuestra vida como la realización regular de actividad física, una alimentación equilibrada rica en vegetales, fruta y proteína saludable, el respeto de las horas de sueño y el entrenamiento de nuestro cerebro mediante ejercicios cognitivos como puede ser la lectura.

 

Sin embargo, si ya tenemos una cierta edad y hemos notado cierto declive cognitivo como son, entre otros, la pérdida de memoria con olvidos frecuentes; las dificultades de atención y concentración y pérdida de interés; las dificultades en la planificación y toma de decisiones; la dificultad de encontrar la palabra adecuada; la mayor lentitud en la realización de tareas y la resolución de problemas. Tenemos que intentar tener una actitud positiva y afrontar estas alteraciones cognitivas mediante el uso de distintas técnicas y programas de estimulación cognitiva que van desde talleres, juegos de brain training hasta avanzadas tecnologías de entrenamiento cognitivo realizadas por profesionales cualificados. Por ello, lo mejor es ponerse siempre en manos de profesionales que os orienten en dicha estimulación cognitiva.

De igual modo, si lo que empezamos a notarnos es un cierto deterioro físico debemos tomar cartas en el asunto y llevar a cabo un plan para frenar e incluso revertir este deterioro, pero este asunto lo trataremos en un futuro post.

Con todo, es fundamental que pongamos todo de nuestra parte para tener un envejecimiento saludable porque, así, conseguiremos tener menos posibilidades de padecer problemas de salud mental como son la depresión o la ansiedad.

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